Una ingeniera colombiana, que realiza una pasantía en la Universidad Católica del Maule, centró su tesis doctoral en las capacidades metabólicas de una bacteria, capaz de producir bioplásticos usando almidón de yuca como fuente de carbono.
Un nuevo aliado en la lucha contra la contaminación habría descubierto una estudiante colombiana, que realiza una pasantía en la Universidad Católica del Maule (UCM). Según su tesis doctoral, el almidón de yuca podría sustituir a los polímeros sintéticos utilizados como material de empaque.
“Por su versatilidad, el plástico es útil para muchas cosas en nuestra vida cotidiana. Genera comodidad y es barato, pero nos deja cientos de toneladas anuales de basura. Una alternativa de reemplazo son polímeros con compatibilidad biológica y ante todo biodegradables”, explicó la ingeniera Martha Ascencio, doctorando de la Universidad del Valle, ubicada en Cali.
“El proceso de reemplazar los plásticos convencionales provenientes del petróleo, tiene muchas barreras. Uno de los obstáculos es el costo. Con mi modelo metabólico, queremos superar algunas barreras que impiden la producción a gran escala. Para minimizar costos, podemos usar sustratos alternativos, que pueden ser residuos agroindustriales”, señaló la pasante del Doctorado en Biotecnología Traslacional de la UCM, durante un seminario organizado por el plantel.
“El almidón de yuca es una fuente de carbono abundante y bastante económica, por lo que entonces es una opción para el desarrollo de biopelículas degradables o como materia prima de un film de empaque”, sostuvo.
Biocorrosión de metales
También ecológica, escalable y efectiva es la solución que busca otra pasante del doctorado, en su tesis en torno a la biocorrosión de metales. La biotecnóloga argentina Camila Safar explora herramientas bioinformáticas para enfrentar la corrosión asociada a microorganismos sulfato reductores e inhibir el deterioro de los materiales.
“Hay biopelículas que se generan por el asentamiento de microorganismos, principalmente bacterias, pero también puede haber hongos, levaduras y organismos de mayor tamaño, que crean una matriz extracelular que es como una especie de cemento, que las adhiere a la superficie. Este depósito ocasiona el daño corrosivo sobre los metales. Para evitar la formación del biofilm, existen diferentes mecanismos, como la inhibición de la comunicación de estos microorganismos para que no formen comunidades. También, por ejemplo, se podría generar algún tipo de material para revestir la superficie y así evitar la adhesión más temprana y que se asienten estos bichos”, afirmó la candidata a doctora de la Universidad Nacional de La Plata, durante el seminario.
En sus pasantías, Safar y Ascencio cuentan con el apoyo de la doctora en Ciencias de los Alimentos, Sara Cuadros; y el doctor en Biotecnología Rodrigo Andler, ambos académicos de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la institución maulina.
Crédito: Vicerrectoría de Investigación y Postgrado UCM.