Más de 20 planteles de educación superior propusieron estrategias para abordar la creación artística desde la academia, en una reunión efectuada en Lima, Perú.
¿Cumplen las creaciones creativas -como el arte visual, la música y las obras de teatro- con los parámetros para ser catalogadas como investigación? La pregunta corresponde a uno de los grandes dilemas que abordó el encuentro anual de vicerrectores de universidades de América Latina, el Caribe y Europa, que tuvo lugar en Lima, Perú.
“Esta reunión nos deja como resultados, reafirmar el compromiso que cada una de nuestras universidades tiene con el trabajo colaborativo en red (…), pero también poder incorporar otro componente, que en general las vicerrectorías de investigación no habían visto, que tiene que ver con la creación artística; cómo contribuir a que ésta potencie nuestras instituciones y cómo poder generar articulaciones y sinergia entre las universidades de los distintos países”, señaló la directora del Programa de Política y Gestión Universitaria del Centro Interuniversitario de Desarrollo (CINDA), Alejandra Silva, que organizó el evento.
El trabajo creativo -según reconocieron los participantes de 24 planteles- promueve la diversidad de formas de investigar y la cooperación entre ciencias, artes y humanidades.
“El principal dilema es cómo se valora la creación de conocimientos en los ámbitos artísticos y de Humanidades, o cómo establecer una equivalencia en las jerarquías académicas cuando estamos frente a un investigador del área de las ciencias naturales versus un creador en el terreno artístico”, manifestó el vicerrector de Investigación y Postgrado de la Universidad Católica del Maule, Hernán Maureira, tras asistir a la jornada que cumplió su duodécima versión.
“Es un aspecto muy relevante -precisó- porque nos convoca a recuperar lo que la universidad fue en sus orígenes y que perdió por esta visión más del modelo imperante y de productividad científica, que dan más importancia a la ciencia en términos clásicos y al laboratorio. En mi caso, más que la valoración o las métricas para la creación artística, trasciende el hecho de recuperar esas funciones sustantivas de la universidad”, agregó.
Apuesta por la integridad científica
Otro de los focos de la reunión fue la integridad en la investigación, y cómo “prácticas de productividad han tergiversado la función investigativa y científica más genuina, como el pago de publicaciones para lograr mejores indicadores”, expresó Maureira.
Dichos manuscritos, que aparecen en revistas depredadoras, también conocidas como predatorias o falsas, no atraviesan los procesos editoriales básicos ni procedimientos de calidad.
“Se acordó poder avanzar en la construcción de bases de datos que informen sobre revistas predatorias y otro tipo de eventos que refieran al uso de la productividad científica. Del mismo modo, acordamos la generación de iniciativas de formación en integridad a las nuevas y nuevos investigadores y, por último, convocar a una selección de buenas prácticas que realizan las universidades en este tema”, recalcó Silva.
Crédito: Vicerrectoría de Investigación y Postgrado.