De sencilla y rápida aplicación, esta prueba puede levantar indicios de deterioro a nivel de velocidad de procesamiento y funciones ejecutivas.
Los plaguicidas organofosforados son neurotóxicos y representan una amenaza para la salud de los trabajadores agrícolas de no tomarse las medidas de seguridad necesarias. Solo en la Región del Maule, anualmente se venden más de 10 millones 310 mil kilogramos por litro, la mayoría de ellos son compuestos que se encuentran prohibidos o restringidos en Estados Unidos y Europa.
Más allá de la intoxicación aguda, en el país no se verifican las consecuencias que producen a nivel intelectual cuando población se expone de manera crónica. No obstante, gracias al trabajo de un grupo de académicos de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Católica del Maule (UCM), ahora se podrá contar con un instrumento para abordar esta situación, el cual ha sido validado en población de trabajadores agrícolas permanentemente expuestos a plaguicidas.
“Es una batería de tests compuesta por instrumentos breves de medición del funcionamiento cognitivo, que tienen como características fundamentales que están a libre disposición, son sencillos e implican poco tiempo de aplicación y corrección”, explicó Boris Lucero, investigador líder de esta iniciativa realizada en asociación con Mutual de Seguridad a través de fondos de la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO) para la investigación.
A través de tres pruebas no verbales en las que el trabajador realiza una serie de tareas conductuales y de lápiz y papel; los investigadores lograron determinar que son efectivos para medir dos áreas: “velocidad de procesamiento, que tiene que ver con la respuesta motora y tiempo de reacción; y función ejecutiva que involucra atención, memoria, toma de decisiones, resolución de problemas, flexibilidad cognitiva, es decir, un conjunto de funciones que, según la literatura, se ven afectadas por los plaguicidas”, indicó Lucero.
El test puede aplicarse para monitorear o levantar indicios de deterioro cognitivo en los trabajadores, es decir, es un primer paso como lo advierte Boris Lucero. “No es una prueba diagnóstica, pero si alguien en el test tiene una disminución de su rendimiento, lo que debería suceder es que se derive a un especialista para que le haga un examen más profundo y determine si hay un problema declarado de salud”, hizo hincapié.
Esta prueba validada es el resultado de casi dos años de estudio, en lo que se contó con la participación de más de 600 trabajadores de la Región del Maule, Ñuble, Metropolitana y de Valparaíso, siendo parte de un proyecto de investigación e innovación SUSESO-Mutual.
Para Juan Pablo Olivares, jefe regional de prevención de riesgos de la Mutual de Seguridad, este test constituye “Una información relevante que fija un antes y un después para nosotros. Como Mutual de Seguridad, entregamos asesoría a las empresas y vemos que se sigue avanzando en cuanto a lo fitosanitario. Lo relevante es que fija un parámetro para el monitoreo de nuestros trabajadores”, apuntó.
Actualmente este tipo de pruebas no están contempladas en el Decreto Supremo 594, normativa que fija las condiciones sanitarias y ambientales básicas en los lugares de trabajo, por lo que Olivares manifestó que “Esto requiere de políticas públicas para generar cambios, no obstante, por el área de estudio podemos realizar algunos monitoreos con este test que nos permitan actuar de forma preventiva”, dijo.