Latinoamérica, Estados Unidos y Europa están en la mira de cinco investigadores y desarrolladores que apuntan a enfrentar enfermedades globales.
Hasta hace unos años el único nombre que se conocía como sinónimo de científico exitoso, era el de Pablo Valenzuela, creador de la vacuna contra la hepatitis B. No obstante, hoy son muchos más los investigadores que además de escribir “papers”, quieren salir al mundo a comercializar sus invenciones.
Entre los nuevos representantes figuran nombres como Flavio Salazar y la vacuna contra el cáncer de piel; Miguel Sifri y el anestésico de larga duración; Alejandra Álvarez y la droga para curar el alzheimer; Claudio Acuña y la vacuna contra el melanoma, y Alejandro Tocigl, creador de un dispositivo de diagnóstico precoz para el cáncer.
Estas investigaciones están en distintos grados de avance, y mientras algunos dicen no tener problemas de acceso a financiamiento, otros ven con preocupación la falta de recursos para pasar de la fase de estudio a la materialización de las innovaciones.
A esto se suman los derivados de la recién aprobada Ley N° 20.850, conocida como “Ricarte Soto”, que dificulta la generación de investigaciones científicas en humanos, dado que obliga a las empresas a costear el valor del tratamiento de los pacientes que sean sujeto de estudio, por el tiempo que éstos lo requieran, y de la Ley 20.584 que prohíbe pruebas en personas con discapacidad psíquica o intelectual que no puedan expresar su voluntad, frenando los estudios que estaban en curso para combatir enfermedades como el alzheimer.
FLAVIO SALAZAR, VICERRECTOR DE I+D, U. DE CHILE
“VAMOS A CUBRIR UNA NECESIDAD NO RESUELTA EN LATINOAMÉRICA¨
El vicerrector de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile, Flavio Salazar, trabaja desde hace diez años en una vacuna contra dos tipos de cáncer, melanoma y de próstata, cuyos estudios clínicos han demostrado que los pacientes que responden al tratamiento viven cuatro veces más que los que no.
“Hemos acumulado una serie de evidencias que permiten proyectar estas terapias a un cáncer mucho más común en Chile, el de vesícula biliar (…) Además, estamos generando una nueva versión de la innovación que desarrollamos, mucho más efectiva”, dice. Salazar comenta que la patente obtenida a nombre de la universidad (por las vacunas), fue licenciada al spin-off de esta casa de estudios, Oncobiomed y ésta ha continuado con el proceso de transferencia tecnológica.
Asimismo, la U. de Chile ha generado acuerdos con la Universidad Javeriana de Bogotá (Colombia) y con el Centro de Inmunobiología y Radiología de la Habana (Cuba), para realizar en ellos los estudios clínicos y trabajar en la transferencia tecnológica, de manera que las mismas estrategias sean aplicadas en otros países de la región.
A partir del próximo año espera tener los primeros pacientes. “Vamos a cubrir una necesidad no resuelta. Hay estudios internacionales en la materia, pero sus costos son tan altos que no llegan a la población latinoamericana. El nuestro tiene un costo diez veces menor”, destaca. Respecto de Ley “Ricarte Soto” (20.850) dice que no les ha afectado, que más bien impactaría a la industria farmacéutica.
MIGUEL SIFRI, PRESIDENTE DE PROTEUS
AD PORTAS DE REALIZAR PRUEBAS DE ANESTÉSICO DE LARGA DURACIÓN EN EEUU
El año pasado la empresa Proteus -desarrolladora de un anestésico local para el dolor post operatorio de larga duración- firmó un acuerdo de licenciamiento con la farmacéutica alemana Grünenthal. Se trata de una innovación de alto impacto global, pues uno de los pricipales problemas de los postoperatorios es el tratamiento del dolor, que en el mejor de los casos, cubre 48 horas, mientras que el analgésico de Proteus, llega a las 72 horas.
Hoy, la firma está actualizando la planta en Chile para poder producir sus drogas fase 2 y así avanzar con los estudios clínicos en Estados Unidos. Esto se materializaría en mejoras de equipamientos, procedimientos y capacitación de personal, entre otros. Según el presidente del directorio de Proteus, Miguel Sifri, la multinacional está financiando gran parte de esta implementación, mientras que el resto lo costea la empresa chilena con capital propio.
Respecto a la Ley “Ricarte Soto” (20.850), plantea que, tal como está concebida,”es un error”. “En Chile hicimos pruebas clínicas esenciales para el desarrollo de nuestro proyecto, siguiendo todas las normas, comités de ética, consentimiento informado y seguros. Todo lo que indican las buenas prácticas internacionales. Lo que demuestra que se puede hacer”, sostiene. Proteus produce en Chile, pero el proyecto está siendo evaluado por los entes reguladores de Estados Unidos y Europa. Sifri, espera, a principios de la próxima década, estar comercializando el producto en todo el mundo, partiendo por Estados Unidos.
ALEJANDRA ÁLVAREZ, ACADÉMICA CIENCIAS BIOLÓGICAS, UC
“SI LAS PRUEBAS SALEN BIEN EN SEIS AÑOS PODRÍAMOS TENER UNA DROGA CONTRA EL ALZHEIMER¨
Encontrar nuevas moléculas que sean inhibidoras de la proteína quinasa, responsable de la muerte neuronal y, específicamente de enfermedades como el alzheimer, para crear una droga que lo combata, es el principal objetivo del equipo de investigación liderado por Alejandra Álvarez, académica de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Católica de Chile (UC).
Uno de los temas más complejos para llevar adelante la investigación fue el financiamiento, el que principalmente han obtenido de fondos públicos y de la propia universidad a través del programa Acelerador. En diez años se han adjudicado cuatro proyectos Fondecyt, un Fondef por $ 450 millones en 2011 y hoy postulan a una extensión del mismo por $ 250 millones para realizar pruebas toxicológicas en el extranjero, acorde a las exigencias de la Food and Drug Administration (FDA).
Hoy la investigación se encuentra en fase de eficacia en animales y se aprontan a una fase pre clínica, que se llevará a cabo en Estados Unidos, debido a las actuales restricciones que impone la ley para hacer estudios de este tipo en el país. “Si esta etapa y la fase clínica salen bien, en seis años más podríamos tener una droga made in Chile contra el alzheimer”, afirma Álvarez. Por otro lado advierte que “las nuevas cláusulas de la Ley Ricarte Soto, como pagar de por vida un seguro a los pacientes que reciban tratamiento de ensayo clínico, podrían terminar por matar la investigación en Chile, porque son imposibles de costear en este país, donde la investigación es buena y segura de testear”, concluye.
ALEJANDRO TOCIGL, CEO DE MIROCULUS
DISPOSITIVO DE DETECCIÓN DE CÁNCER PRECOZ SALDRÁ AL MERCADO EN 2018
Detectar el cáncer y otras enfermedades en fase temprana, de manera no invasiva y a bajo costo, es la promesa de Miroculus, startup creada en Estados Unidos y que tiene a un chileno entre sus fundadores, el ingeniero comercial de la Universidad de Chile, Alejandro Tocigl.
La firma, creada en 2013 en un programa de Singularity University -el campus ubicado en la Nasa-, desarrolló un dispositivo que identifica combinaciones de microARN (pequeñas moléculas de ARN) presentes en la sangre, que permiten diagnosticar distintas enfermedades.
Esto, ya que cada tipo de patología posee una combinación única. Sobre su funcionamiento, Tocigl explica que “sacas una muestra de sangre al paciente, separas el plasma con una centrífuga y se extrae el ARN total y se inserta en el kit. En dos horas tienes el resultado”.
Añade que están enfocados en el cáncer de estómago y están realizando un estudio clínico con 700 muestras y colaboradores en EEUU, Latinoamérica y Europa.
“Miroculus tiene más valor en las economías emergentes, donde la mayoría de la gente no tiene acceso a diagnósticos moleculares (…) Hoy, el 80% de los diagnosticados de cáncer de estómago muere, pero si se detectara tempranamente, el 90% sobreviviría”, afirma.
Tocigl adelanta que esperan salir al mercado en 2018, con un valor inferior a los $ 50 mil, una meta de tiempo ambiciosa pero alcanzable por la presencia y recursos que la firma tiene en EEUU, Chile y otros países. “En Chile hay muy buena materia prima, se están haciendo investigaciones, pero falta apoyo para que se materialicen y salgan al mercado, teniendo un real impacto”, advierte.
CLAUDIO ACUÑA, DIRECTOR DEPTO. BIOLOGÍA, U. DE SANTIAGO
VACUNA Y SOLUCIÓN TÓPICA PARA EL CÁNCER DE PIEL ESPERA PASAR A FASE DE PRUEBAS CLÍNICAS
Desde hace más de cinco años que el equipo de investigación del director del Departamento de Biología de la Universidad de Santiago, Claudio Acuña, está desarrollando diferentes aproximaciones experimentales para el tratamiento del cáncer.
Entre ellas, están las vacunas para el modelo melanoma (cáncer de piel) y linfoma murino (tumor en un tipo de ratón). Además, recientemente, crearon una solución tópica (de uso externo) también contra el melanoma.
Al comienzo, dice, su principal problema fue la búsqueda de empresas interesadas en el desarrollo de los productos, dado el alto costo asociado al uso de laboratorios autorizados que cumplieran con las normativas para realizar el tratamiento en humanos. “Las investigaciones se atrasan por falta de recursos y por la imposibilidad de generar el montaje de protocolos clínicos”, asegura Acuña.
Señala que hasta la fecha, sus avances han sido financiados por el Estado y con proyectos internos. Además, con apoyo de Corfo generaron la patente nacional, la que también están solicitando en Estados Unidos. No obstante, el investigador insiste en que el alto costo nos les ha permitido escalar su innovación a nivel clínico, lo que ve más complejo aún con las restricciones impuestas por la ley.
“Si ya era difícil en Chile poder desarrollar protocolos clínicos, con empresas de seguros que los avalaran, ahora la inclusión de responsabilidad en la Ley Ricarte Soto, que es totalmente desproporcionada, lo hace imposible”, critica.
Fuente: Plataforma virtual www.innovacionchilena.cl