El Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI) concedió certificados de exclusividad a la formulación de una longaniza fabricada con piel y pulpa de manzana y un dispositivo capaz de estimar la calidad de frambuesas de exportación con inteligencia artificial.
No una, sino dos patentes de invención obtuvo la Universidad Católica del Maule (UCM), para sus más recientes innovaciones en la agroindustria. El Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI) concedió certificados de exclusividad a un producto alimenticio, consistente en una longaniza con pomasa de manzana, y a un inédito dispositivo que estima de calidad de las frutas con inteligencia artificial.
“Nos preguntamos qué podíamos hacer con la pomasa que queda de la manzana luego de elaborar jugo y se nos ocurrió la posibilidad de generar un embutido que incorpore la fibra, vitaminas, y minerales y desafiar los sellos negros o de advertencia por su alto contenido en grasa”, dijo su creador Nelson Loyola.
El docente de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales del plantel, inventor de la igualmente patentada “Cherry Burger”, sostuvo que ahora es posible soñar con un choripán saludable. “El producto tiene carne, que puede ser cerdo, vacuno o pollo, calorías reducidas y un gusto bien especial, como la hamburguesa de cerezas. No es dulce, porque pasa por una cocción y está pasteurizado. Parte del dulce se pierde en la deshidratación”, explicó.
La singular longaniza nació el 2018 en el Centro de Estudios en Alimentos Procesados (CEAP), donde el académico trabajó como investigador asociado junto al profesor Carlos Acuña, en representación de la UCM.
“Me tomo esto con mucha humildad, porque cuando una persona surge, surge mucha gente con ella. En este caso, un estudiante tomó la idea como parte de su tesis en Agronomía y con ese trabajo llegó a su titulación”, precisó el ingeniero agrónomo de profesión.
Para el doctor en Ciencias de la Computación, Marco Mora, su invento -que también superó los requisitos de novedad y aplicación industrial de INAPI- beneficia particularmente a los productores frutícolas.
“A la fruta en el packing se le hace un muestreo manual, con un experto humano contratado por la empresa, a través de una inspección visual. Nuestro equipo permite estimar en forma automática y objetiva la calidad de la frambuesa, por medio de un software que le quita subjetividad a la declaración de un precio justo para el productor. En el fondo, el sistema tiene un objetivo social para las más de 1.200 personas cuya economía familiar depende de la frambuesa”, sostuvo.
El dispositivo, desarrollado en el marco de un proyecto financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad Nacional del Gobierno Regional del Maule, “recrea características visuales de los objetos, muy similares a lo que realiza el cerebro humano”.
“Se capturan imágenes de las bandejas de frambuesa en un ambiente controlado con luz difusa -afirmó el docente-, dentro de un cubículo que es como un refrigerador. Se detecta cada una de las frambuesas en la bandeja y se determina si están o no defectuosas y qué defecto tienen. Tomamos la frambuesa porque es importante en términos de exportaciones, pero la metodología puede ser aplicada a cualquier fruta”.
Además de Mora, participaron en la iniciativa los investigadores de la institución Claudio Fredes y Andrés Valenzuela y el científico externo, José Antonio Naranjo.
“Un Orgullo”
En opinión de Fabiola Loyola, directora de Innovación, Desarrollo y Transferencia Tecnológica del plantel, la entrega de dos certificados de propiedad intelectual constituye un hito para la universidad.
“Es un orgullo; lograr dos patentes demuestra que estamos avanzando en temáticas de innovación y que los investigadores están motivados para generar investigación aplicada. El equipo efectúa un trabajo arduo de puerta a puerta, orientando los proyectos hacia resultados innovadores”, señaló.
A la fecha, la institución ha patentado ocho inventos en Chile y el extranjero. Cinco de ellos, incluyendo la hamburguesa con cerezas, un dispositivo móvil de identificación masiva y un biomarcador de sensibilidad tumoral, recibieron sus certificados de propiedad intelectual entre 2022 y lo que va de año.