La vicerrectora de Investigación y Postgrado de la Universidad Católica del Maule, María Teresa Muñoz, valoró la reciente prohibición del uso y comercialización de todos los productos que contengan Clorpirifós, por parte del Ministerio de Agricultura. La autoridad es un referente internacional en el estudio sobre las consecuencias de los pesticidas para la salud.
Como una “excelente noticia” calificó la vicerrectora de Investigación y Postgrado de la Universidad Católica del Maule (UCM), María Teresa Muñoz, la prohibición de uso y comercialización de una serie de plaguicidas, por parte del Ministerio de Agricultura. Se trata de los 31 pesticidas que contienen Clorpirifós-etilo, Clorpirifós-metilo, Dicloruro de Paraquat y Metomilo y que poseen un alto grado de toxicidad.
“Es una excelente noticia y demuestra cómo la articulación entre universidades, gobierno, empresa y comunidad puede generar cambios constructivos para la sociedad. El trabajo desarrollado por el Colegio de Agrónomos e investigadores del área, junto con las organizaciones campesinas y las empresas frutícolas, ha sido relevante y ha permitido que hoy en día se haga realidad lo que en varias investigaciones hemos estado señalando sobre los efectos nocivos para la salud de las personas y el daño al medio ambiente”, sostuvo la también doctora en Salud Pública y autora de importantes estudios en torno a las consecuencias de los plaguicidas en sectores rurales del Maule.
“En trabajadores agrícolas expuestos a este tipo de insecticidas se ha observado un mayor riesgo de daño citogenético, neuroconductual, alternaciones neuromotoras, daño reproductivo, cáncer, entre los efectos de salud más relevantes. A su vez, los estudios con niños expuestos tempranamente a estos plaguicidas han evidenciado que presentan mayores alteraciones a nivel neuroconductual como, por ejemplo, menor desempeño en la memoria de trabajo, en la velocidad de procesamiento, baja comprensión verbal, dificultades en el razonamiento perceptivo, problemas atencionales, menor control de impulsos, Trastorno de Déficit Atencional con Hiperactividad, cambios en la morfología cerebral, menor grosor cortical y alteraciones en la materia”, precisó.
Legales pero dañinos
Si bien Muñoz calificó la medida como un avance, advirtió que existen numerosos pesticidas que aun estando en el mercado, resultan igualmente perjudiciales. La experta manifestó su preocupación por “la venta y aplicación de otros plaguicidas peligrosos como el organofosforado diazinón, que se utiliza en frutales y en productos de control de plagas para animales domésticos (…) y el aumento del uso de los piretroides en la población y en especial de la cipermetrina, insecticida que está clasificado como moderadamente peligroso por la OMS, pero con evidencias crecientes respecto a su efecto a nivel neurológico”.
El diazinón, utilizado para controlar insectos en el suelo y plagas caseras como moscas, pulgas y cucarachas, así como en plantas ornamentales y en cosechas de frutas y hortalizas, ha sido catalogado por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) como “probablemente cancerígeno para los seres humanos” y fue prohibido en Europa.
“Estos son algunos de los desafíos que como país debemos seguir enfrentando y hacernos cargo, con el fin de que podamos proyectarnos como una nación que valora la vida y es capaz de equilibrar el desarrollo social con el económico”, concluyó la autoridad académica.